El jueves por la noche asistimos al concierto que ofreció Carlos Chaouen en Murcia presentando su último trabajo Respirar y por desgracia – y más aún ante las altas expectativas que teníamos – salimos bastante decepcionados. En primer lugar el coordinador de Backliner concertó con el propio Carlos una entrevista antes o después de la prueba de sonido (cuando a él le viniera bien). Con el rigor, seriedad y buen hacer que el equipo de Backliner trata de ponerle a las cosas para que nuestros lectores las disfruten nos presentamos a las ocho en el local – como habíamos comentado por mail con Carlos -, una vez allí y después de haber dedicado dos horas a trasladarnos hasta el lugar y preparar con mimo una entrevista rememorando la carrera de Carlos Chaouen tuvimos la mala suerte de tener que asistir a una nefasta prueba de sonido (después seguiremos comentando al respecto de la misma). Cuando acabo la prueba, hablamos con Carlos, le recordamos el tema de la entrevista y acordamos realizarla a eso de las 10:15 p.m. para que pudiese irse a descansar y ya charlaríamos antes del concierto. Con ese acuerdo verbal nos fuimos a tomar algo y antes de las 10 ya estábamos de nuevo en el local buscando ser puntuales y formales… y allí estuvimos hasta las 11 apróximadamente que Carlos Chaouen apareció obviando lo acordado y optó por hacer alguna que otra foto con los asistentes y subirse al escenario a tocar. Nos parece una falta de respeto y seriedad desproporcionada por el hecho de que si un artista no está interesado en hacer una entrevista tan solo debe decir que no le da tiempo o que no le viene bien, pero… su actitud fue más que reprochable.
Obviando esto y entrando en materia y pasando a destripar lo que ocurrió durante el concierto:
El sonido
El sonido fue el problema más evidente que ocurrió durante el concierto. Desde el primer momento en que llegamos a la prueba de sonido vimos que no había mucho feeling entre Carlos y el técnico de sonido. Durante la prueba el técnico de sonido siquiera se enteraba de los cambios que iba haciendo Carlos de guitarra para sonorizarlas correctamente, muteaba líneas que no debía mutear, no conseguía hacer que en el escenario se escuchasen Carlos y su guitarrista, Kike, como a ellos les gustaría… Durante la prueba Carlos Chaouen ya advirtió al técnico «esta noche, entre los dos tiene que haber comunicación fluida». Una vez comenzó el concierto observamos que estuvo acertado en dicho comentario pues el técnico de sonido parecía estar a lo suyo. Carlos comentó a Kike fuera de micros con cierta indignación «¡¡¡es que no me mira!!!» para después recriminar por micro «cuando tengas un rato me miras». Esta falta de entendimiento y de una buena prueba de sonido se convirtió en que durante una gran parte del concierto cada vez que Carlos Chaouen comenzaba a cantar una frase sonaban los bajos del equipo de audio como si de un subwoofer se tratase produciendo una especie de golpe grave algo molesto. De hecho, durante el concierto el técnico de sonido tuve que subir al escenario para tratar de ver lo que estaba ocurriendo.
Si a esto le añadimos que a nuestro parecer Kike el guitarrista de Carlos, a pesar de ser un grandísimo guitarrista, no estuvo demasiado acertado en la ejecución de algunos solos – sobre todo al inicio del concierto – que parecían más improvisaciones fallidas que otra cosa y que en casi todas las canciones optaban por repetir arreglos cuanto menos muy similares entre sí no podemos decir que nos gustase demasiado. Además hubo un par de temas que creemos se enfocaron de una forma irracional teniendo en cuenta que estábamos en un acústico, en concreto el tema Animales lo tocaron con dos guitarras a base de riffs y no le vimos mucho sentido por una falta de adaptación del tema a versión acústica. No nos convenció, creemos que quien estuvo más acertado en lo que a sonido se refiere fue Carlos ejecutando los primeros temas del concierto él solo con su guitarra clásica.
El público
En teoría se vendieron todas las entradas anticipadas hasta tal punto que se agotaron, pero lo que es cierto es que durante la prueba de sonido un pequeño grupo de seguidores pudo comprar la entrada en la barra del local sin ningún tipo de problema y no nos dio la impresión de que estuviesen todas las entradas vendidas y el aforo del local completo pues estamos casi seguros de que cabía bastante más gente. No podemos afirmar esto pues desconocemos el aforo máximo que permite el local y el número de entradas que se vendieron, pero imaginamos que rondarían la centena.
Por lo general, el público exceptuando los temas más conocidos de Carlos Chaouen estuvo algo distante… coreando tímidamente y aún con cierto recelo los temas del último trabajo Respirar. Como anécdota comentar que el local está dividido, aunque no visualmente, como en tres plantas (o dos y un entresuelo) y Carlos Chaouen tocaba en el entresuelo – en la planta de en medio – por lo que la gente que quería subir a la planta superior o bajar de la misma pasaba literalmente por detrás de Carlos Chaouen y Kike y, obviamente, por en medio del escenario. Esto incomodó a Carlos Chaouen que refirió que en su vida le había pasado que estaba dando un concierto y la gente le pasaba por detrás y se mostró algo molesto cada vez que un grupo de personas pasaba por detrás de su espalda. Nos pareció que de alguna manera fue bastante irrespetuoso por parte de la gente pasar por en medio del escenario durante un concierto.
El concierto
El concierto que estaba acordado que empezaría sobre las 10:30 p.m. comenzó con más de 30 minutos de retraso y durante el concierto Carlos Chaouen fue alternando los temas que lo han consagrado como cantautor con temas de su último trabajo. Cabe destacar que fueron los temas míticos de él los que pusieron al público a cantar e hicieron que conectaran con el concierto. Posiblemente si tuviésemos que destacar el mejor momento de todo el concierto sería el inicio donde vimos la versión más sincera y auténtica de Carlos Chaouen con él subido a las tablas acompañado únicamente de su guitarra clásica.
Comentar que durante el concierto Carlos fue relatando experiencias suyas que arrancaron las risas del público por la «incoherencia» de las mismas. Hubo conversaciones para todos los colores y gustos hasta llegar a rozar la metafísica y referencias a la materia cósmica. También hubo lugar para referencias a la botánica de la zona y a los supuestos cerezos que Carlos vio en el viaje de venida a Murcia para acabar culminando con una reflexión de que se perdió en Alicante y cuando alguien le pregunto «¿qué haces tú aquí?», él apostilló «¿qué haces tú buscándome a mí aquí?». Sobre todas estas reflexiones y teorías no entendimos demasiado – por no decir nada – y no nos quedó claro el motivo por el que las contaba, si eran monólogos o simplemente presentaciones de canciones a nuestro parecer bastante nefastas.
El concierto, salvando estos relatos, apenas tuvo interrupciones salvando el final que cortó a falta de – creemos – dos canciones que dijo que iba a hacer una parada para fumar un cigarrillo y desapareció del escenario. En ese momento y mirando desde lejos el tracklist (creímos ver que faltaban dos canciones) nos pareció que habíamos tenido suficiente y optamos por marcharnos.
Nuestra valoración
Prácticamente no nos gustó nada – o casi nada – de lo que vimos. Llegamos al local a las ocho de la tarde con unas expectativas altísimas que se fueron deshaciendo poco a poco. Si tuviésemos que valorar el transcurso del concierto, el sonido, el desplante de la entrevista… probablemente valoraríamos el concierto con tres y medio (y regalamos puntos por caridad). Pero, al final, lo que importan son las canciones y a pesar de todo es indudable que Carlos Chaouen es un buen artesano de la música, un buen músico y un buen poeta. Lo que rodea sus conciertos… no nos gustó nada, pero él es muy bueno haciendo lo que sabe hacer: buena música. Probablemente no repitamos en un concierto suyo, pero seguiremos escuchando su música.